lunes, 26 de diciembre de 2011

FELIZ "PASE DEL NIÑO SOL" 2011"



Por Diego Velasco Andrade

Sabemos bien que las diferentes estaciones son la consecuencia del movimiento de traslación elíptica anual de la tierra alrededor del sol; sin embargo, la distancia de nuestro planeta al sol no constituye el facto determinante para la alternancia de las estaciones. Puesto que la orbita es casi circular, las estaciones son determinadas por la orientación de su eje de rotación, en relación al plan de la eclíptica, esta inclinación hace posible la existencia de cuatro eventos astronómicos registrados y legitimados a nivel ritual en el calendario andino : los dos solsticios y los dos equinoccios. (1)

En efecto los andinos observaban muy atentamente los movimientos del sol en sus centros ceremoniales y marcaban algunas de sus salidas y ocasos por medio de pilares posicionados en diferentes lugares del paisaje, para referenciar las fechas sagradas de solsticios y equinoccios; estos pilares llamados sukankas estaban localizados comúnmente en la cima de las colinas y cerros considerados sagrados, constituyendo un horizonte artificial relativamente estático y confiable para la observación de los eventos de salida y puesta del sol.

Sin embargo, el objetivo de este sistema de observación, no era exactamente el conteo exacto de los días del año, sino más bien la observación y puesta en valor ceremonial de las cuatro fechas principales del sol que eran atentamente observadas y medidas en el horizonte durante las cuatro estaciones, como una necesidad esencialmente ligada a los ciclos de la naturaleza, donde el principal objetivo era establecer un tiempo para las tareas agrícolas y los procesos concomitantes de siembra y cosecha, conocimiento de gran utilidad para la supervivencia, de una cada vez más creciente población.

Bernabé Cobo (Historia del Nuevo Mundo, 1653), explica que los Incas tenían en cuenta los cuatro principales movimientos aparentes del sol durante el año, para considerar los meses de su año solar: «Ellos identificaban nuestro año solar observando los solsticios y comenzando el año por el solsticio de invierno austral que cae el 21 día de junio y se termina en él mismo punto donde el había » (COBO Bernabé, 1653 : 59).




El año solar Inca (no necesariamente el andino ecuatorial) era entonces un año que iniciaba durante el solsticio de invierno austral y se terminaba durante el solsticio de invierno siguiente. Obviamente, para constatar el inicio del año en los solsticios, ellos debían saber cuándo exactamente aquello sucedía. El medio de observación para determinar los ciclos agrícolas según Sarmiento de Gamboa (Historia General llamada Indica, 1572) se hacía a partir de Inti-wata-nas (monolitos para atraer al sol) o artefactos para calcular la orbita más lejana o camino elíptico del sol wata-ñan.

Para precisar estos datos astronómicos rituales, los sacerdotes astrónomos que vivían en las ciudades sagradas, en los centros ceremoniales, en los templos y otros santuarios religiosos importantes, eran las personas que cumplían las funciones de “guardianas del tiempo sagrado”. El jefe principal de todos esos sabios astrónomos era el Villac Umu: una suerte de sumo sacerdote en la concepción teocrática Inca, quien era el encargado de vigilar las cuatro grandes fiestas solemnes o Raymis.

Inti Raymi (21 junio solsticio de invierno austral) cuando el sol se levanta y se pone más hacia el norte

Khapaj Raymi (21-23 diciembre, solsticio de verano austral), cuando el sol aparece y se acuesta más hacia el sur, y los dos equinoccios:

Q’oya, Colla o Killa Raymi (21-22 septiembre equinoccio de primavera) y

Pawkar Raymi (20-21 marzo, equinoccio de otoño austral), cuando el sol en especial en el Ecuador, se levanta y “camina” en dirección precisa Este-Oeste o Inti Ñan.




La importancia de esta observación sistemática del pasaje del sol durante los cuatros grandes eventos astronómicos solares durante el año, nos permite constatar que los Incas utilizando como referencia las posiciones de salida y puesta del sol en un « horizonte artificial » previamente definido sobre las montañas, habían arribado a comprender la razón astronómica fundamental para la determinación precisa de estos eventos de recurrencia cíclica o caminos solares alternos y complementarios hacia el Trópico de Cáncer o hacia el de Capricornio: el conocimiento del ángulo de inclinación de la tierra, en relación al sol llamado también eclíptica y concomitantemente del fenómeno de precesión de los equinoccios que es el responsable de tales variaciones en la trayectoria del sol sobre el paisaje terrestre durante el año. (2).

Dicho de otro modo, ellos sabían que los solsticios y los equinoccios estaban determinados, tanto por los movimientos de rotación y de traslación de la tierra, así que por la inclinación de su eje de rotación en relación al sol y, a este hecho astronómico lo observaron de manera precisa en sus artefactos astronómicos en piedra o Inti Watanas, además de registrarlo en toda su simbólica y geometría sagrada, en sus tejidos, en su cerámica, sobre sus templos y centros ceremoniales y aún sobre el mismo territorio (3).




La constatación de este hecho constituye hasta ahora la celebración de estas grandes fiestas andinas o Raymis, basadas en las fechas de equinoccios y solsticios; los avanzados conocimientos de la cosmología andina precolombina, pueden igualmente verificarse y otorgarnos la explicación de su sincretismo y sobretodo, de la imposición muchas veces violenta, de las ceremonias católicas posteriores a la conquista española, que desembocarían en la construcción de verdadero calendario religioso y ritual de aparente origen judeo- cristiano, pero que no viene sino a confirmar el saber astronómico andino ancestral. (4)




NOTAS


(1). La orbita del planeta se encuentra en un plan y este plan se llama eclíptica, cortando oblicuamente el plan del ecuador terrestre; entonces, los solsticios y los equinoccios están determinados por la orientación del eje de rotación del planeta en relación al plan de la eclíptica y por la posición de la tierra en relación al sol. La distancia del planeta en relación al sol, no es el único factor determinante por la alternancia de las estaciones. Puesto que la orbita del planeta es casi circular, las estaciones son determinadas por la orientación de su eje de rotación, en relación al eje de la eclíptica.

(2) El eje de rotación de la tierra no es perpendicular al plan de la eclíptica, entonces la eclíptica corta oblicuamente el plan del Ecuador, oblicuidad que hace posible la existencia de dos solsticios y de dos equinoccios, eventos bien conocidos, registrados y venerados por todas las culturas primordiales, especialmente por las andinas.

(3) La dirección perpendicular a la eclíptica es llamada Eje de la eclíptica y el eje de la tierra hace un ángulo con el eje de la eclíptica. La eclíptica y el ecuador celeste son también cortados por el mismo ángulo, esos dos planos se cortan siguiendo una recta donde las dos direcciones opuestas son llamadas equinoccios. La palabra equinoccio designa también el momento en el que el sol se encuentra en esas dirección y que es por lo tanto sobre el ecuador celeste (Maillard R, et Millet A. Cosmographie, 1953) 14.

(4) En el tiempo y probablemente con el acuerdo de las autoridades eclesiásticas españolas, los antiguos cultos solares andinos fueron superpuestos por los católicos, pero obviamente con algunas heterodoxias con las mitologías andinas de origen, las cuales podemos observar hasta nuestros días

Así, el Corpus Christi católico sustituyó a la gran fiesta del sol durante el solsticio de junio o « Inti Raymi ».

- La fiesta de « Kápak Raymi », aquella del arribo de la nueva luz solar del solsticio de diciembre fue confundida con la fiesta de Navidad.

- La fiesta de Pascuas fue superpuesta a los rituales del equinoccio de marzo o de las Pascuas Floridas « Pawkar Raymi », en fin

- Las fiestas de La Virgen María fueron superpuestas sobre los antiguos cultos de fecundidad a la tierra en el equinoccio de septiembre o « Colla Raymi ».


BIBLIOGRAFÍA


LEROI-GOURHAN, La mémoire et le rythme, 1967
ELIADE Mircea : Le Sacré et le Profane, Gallimard 1965.
COBO, B. Historia del Nuevo Mundo, 1653. Biblioteca de autores españoles, Madrid 1956.
SARMIENTO DE GAMBOA, P, 1988: Historia llamada Indica, Ediciones Polifemo/Miraguano a partir de la versión de Madrid 1572.
GUAMÁN POMA DE AYALA, Nueva crónica y buen gobierno (1615/1616)
RODRIGUEZ Germán, Visión Cósmica de los Andes,
MILLA VILLENA, Carlos, Génesis de la Cultura Andina, Edición 2003
LAJO Javier, Kápak Ñan, 2007
OVIEDO Atawallpa Atawallpa, Les fils de la Terre, 2007
MAILLARD R, et Millet A. Cosmographie, 1953.
FREMY D. M. Encyclopédie Quid, 2001
BERGER, Le climat de la terre, 1992.

(*Todas las fotos, de Alexandra Velasco, fiesta andina en Bruselas, Bélgica)

1 comentario:

Pancho Cevallos dijo...

Muchas congratulaciones por el concepto de Ki-Tu milenario que maneja este blog...realmente algo ke deberia ser natural y de orgullo para TODOS los que vivimos en tierras ecuatorianles....sin embargo creo que el introducir un discurso politico para bien o para mal del actual gobierno (o cualkiera que estuviese de turno) se desvia del real interes y concepto mismo que ha venido manejando este blog....las cosas no son siempre nos las muestran, y en nuestro pais al menos la prensa tiende a manipular las mentalidades mas debiles o susceptibles, el odio enciega y distorsiona una real concepcion del bien colectivo ke buscamos como seres humanos....creo este blog no deberia caer en eso...es solo una observacion como ciudadano y habitante mas de esta tierra milenaria que me enorgullese infinitamente de serlo.....por lo demas muchos deseos prosperos para este blog el cual comunica y enaltece nuestra real cultura como kiteños.